Hormonas, emociones y cuerpo: por qué el yogasomático es clave para tu equilibrio

En momentos de desregulación emocional, el yoga somático puede ayudarte a equilibrar el sistema nervioso y tus emociones. Desde el enfoque del yoga, el cuerpo no es solo un instrumento de práctica, sino un mapa vivo que refleja el estado de la energía vital el prāṇa.

¿Qué relación tienen las hormonascon las emociones?

Las emociones no aparecen aisladas. Están profundamente influenciadas por el estado de tu sistema hormonal. Cambios en la tiroides, picos de cortisol, alteraciones en el ciclo ovárico o desequilibrios de insulina afectan directamente tu energía, tu ánimo y tu capacidad para tomar decisiones con claridad. Cuando las emociones fluctúan constantemente, muchas veces la raíz está en un cuerpo sobreestimulado o desnutrido energéticamente.

Aquí entra el papel del yoga terapéutico y del movimiento regulador como herramientas de autorregulación emocional.

¿Cómo el yoga somático regula las emociones y el sistema nervioso?

Desde el método Spanda Embodiment, entendemos que no todo se soluciona con meditación estática. El cuerpo necesita movimiento regulador, respiración activa y secuencias específicas que trabajen con el eje neuroendocrino. Las asanas de yoga bien guiadas en especial torsiones, invertidas y movimientos pélvicos conscientes ayudan a estimular las glándulas hormonales y desbloquear los centros energéticos que sostienen la memoria emocional.

El cuerpo necesita más que conciencia mental. Necesita seguridad fisiológica, repetición y estímulo preciso. Si no se siente seguro, el sistema nervioso permanece en modo alerta, el eje hormonal se desregula y las emociones se amplifican o se bloquean. Esto no tiene relación directa con la edad. Muchas veces el cuerpo está agotado por sobrecarga emocional, por alimentación deficiente o por falta de descanso profundo. Y mientras eso no se regule, es difícil sostener un estado de equilibrio.

Cómo empezar a regular tus emociones a través del yoga

 

Crear una rutina corporal diaria de mínimo 15 minutos.

Incluir asanas específicas para glándulas: tiroides (sarvāṅgāsana), suprarrenales (setu bandhasana), ovarios (baddha konāsana).

Integrar prāṇāyāma para oxigenar el cerebro y calmar el sistema simpático.

Practicar kriyās que movilicen la pelvis, la columna y el diafragma.

Cuidar una alimentación consciente: reducir azúcar, procesados y cafeína.

Dormir bien. El equilibrio emocional comienza con una noche de descanso profundo.

El cuerpo es tu regulador más inteligente

Cuando aprendes a sostener tu energía desde el cuerpo, ya no necesitas huir de lo que sientes. No se trata de tener el “control” emocional, sino de entrenar la presencia corporal. El yoga, la respiración, las kriyās y una relación saludable con tu estilo de vida crean las condiciones para que tus emociones sean expresión, no desborde.

En este contexto, las asanas de yoga, los movimientos reguladores, las kriyās conscientes y la respiración activa se vuelven herramientas fundamentales. Trabajan directamente sobre el sistema nervioso autónomo, estimulan las glándulas hormonales, desbloquean tensión acumulada y reorganizan la energía vital. Son prácticas integrales que devuelven al cuerpo su capacidad de contener lo que siente sin desbordarse.

Sin esta base corporal clara, cualquier proceso emocional o espiritual se fragmenta.

La regulación emocional empieza en el cuerpo.

Spanda Embodiment no es solo una práctica física: es una tecnología espiritual basada en el cuerpo. Te entrena para que puedas sostener tus estados internos desde la respiración, la atención y el movimiento. Con ella, tu energía vital deja de dispersarse y comienza a organizarse en forma de claridad, fuerza y conciencia.

 

Cuerpo, hormonas y evidencia: lo que también dice la ciencia

 

El vínculo entre las emociones, el sistema nervioso y las hormonas no es solo una intuición ancestral. Diversos estudios científicos confirman que el cuerpo tiene un rol directo en la autorregulación emocional, y que prácticas como el yoga somático, la respiración consciente y el movimiento regulador pueden impactar profundamente el equilibrio neuroendocrino.

Investigaciones como la de Streeter et al. (2012) muestran que el yoga activa el sistema nervioso parasimpático, reduce el cortisol y aumenta los niveles de GABA, un neurotransmisor clave en la gestión de la ansiedad y el estrés.

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Por otro lado, se ha demostrado que trabajar con la interocepción —la capacidad de percibir los estados internos del cuerpo— permite una mejor regulación emocional, como se explica en el estudio de Mehling y colaboradores (2011).

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Tara spanda